Nuestro centro de la Pontificia trabaja desde hace casi 50 años en favor del ecumenismo»
FERNANDO RODRÍGUEZ GARRAPUCHO / NUEVO CONSULTOR PONTIFICIO, Reconoce que todavía perviven barreras para la anhelada unidad de los cristianos, pero ve posible el reto y no descarta sorpresas en el futuro
En 1054 se produjo el colosal cisma que marcó el devenir histórico del Cristianismo, con la separación de las iglesias orientales ortodoxas del orbe católico de Roma. El siglo XXI cabalga inexorable y, sin embargo, la anhelada unidad y el fraternal hermanamiento entre los cristianos continúa siendo la gran asignatura pendiente. Pese a ello, los vientos del ecumenismo, que predican en favor de la reconciliación de todos los cristianos sin distinciones, soplan con intensidad.
Como protagonista ecuménico de primer orden emerge el catedrático de Teología Dogmática de la Universidad Pontificia, Fernando Rodríguez Garrapucho, quien ha sido nombrado hace unos días, nada más y nada menos que por el propio Papa Francisco, como nuevo consultor del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. «Ha sido un gran sorpresa», señala Rodríguez Garrapucho, quien considera que su nombramiento constituye un reconocimiento y honra tanto a la Pontificia, donde imparte clases en la Facultad de Teología y donde dirige desde hace 15 años el Centro de Estudios Orientales y Ecuménicos Juan XXIII, como a la congregación de la que forma parte, como son los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús, conocidos como Padres Reparadores Dehonianos en España.
Sin duda alguna, reflexionar sobre los sugestivos retos del movimiento ecuménico implica, necesariamente, hablar de Salamanca y de su Universidad Pontificia. Hay que remontarse al imparable huracán de intensos cambios que desencadenó el Concilio Vaticano II para encuadrar históricamente el nacimiento del Centro de Estudios Orientales y Ecuménicos Juan XXIII, allá por el ya lejano 1968, según recuerda Rodríguez Garrapucho.
Emblemática revista
La labor del centro se plasma desde hace décadas «en nuestra revista ‘Diálogo Ecuménico’, que ha servido para crear lazos y abrir el diálogo sobre el ecumenismo» desde Salamanca y por todo el mundo. En este sentido, el nuevo consultor enfatiza que «nuestro centro de la Pontificia trabaja desde hace casi 50 años en favor del ecumenismo».
Su reciente nombramiento por el Papa Francisco no va a modificar el quehacer cotidiano de este prestigioso catedrático de Teología Dogmática. Confiesa que continuará con sus clases en la Upsa, combinándolas con la dirección del Centro de Estudios Orientales y, eso sí, tendrá que participar en congresos y encuentros de ecumenismo, además de viajar con cierta frecuencia a Roma para asistir a las reuniones del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, un auténtico comité de sabios que marca pautas y traza sendas para aproximar a las iglesias.
Aunque 1054 fue un año estremecedor en la historia del Cristianismo, lo cierto es que antes del gran cisma ya se ocasionaron escisiones y emancipaciones de los cristianos de Oriente, como sucedió «en el siglo V con los coptos en Egipto, con los armenios», y con otras comunidades cristianas del actual Irak.
Respecto al horizonte a corto y medio plazo que vislumbra el movimiento ecuménico, especialmente tras los pasos datos por el actual pontífice, el profesor Rodríguez Garrapucho prefiere no aventurar pronósticos sobre una hipotética fecha para la reunificación de alguna de las iglesias. «No sabemos qué puede pasar y tenemos que estar abiertos a las sorpresas del espíritu», arguye el director del Centro de Estudios Orientales yEcuménicos Juan XXIII. «El ecumenismo y la unidad de los cristianos tiene que llegar a todos los diferentes niveles, desde los laicos y las comunidades parroquiales, hasta las comunidades monásticas, los religiosos y los obispos», resalta.
En las órbitas ortodoxas, por ejemplo, Rodríguez Garrapucho detecta «una configuración eclesiástica muy parecida y casi idéntica a la nuestra, pero psicológicamente hay una gran desconfianza, hay prejuicios y hasta miedos» hacia el universo católico. En cambio, en las comunidades protestantes «nos encontramos con una configuración eclesiástica muy diferente, pero su mentalidad está mucho más cercana, y desde el punto de vista psicológico se muestran más abiertos».
El cardenal suizo Kurt Koch preside el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Además de Rodríguez Garrapucho, el Papa Francisco ha nombrado consultores al arzobispo de Córdoba (Argentina), Carlos José Ñáñez; el presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala, Rodolfo Valenzueña Núñez;el obispo alemán Gerhard Feige, y la monja de Macao, María Ha Fong Ko.
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